La dificultad para asimilar el pensamiento matemático o la discalculia es una condición que puede sobrellevarse con la metodología apropiada. Además de las clases de matemáticas a domicilio, los niños y adolescentes pueden recurrir a diferentes tipos de juegos para mejorar las habilidades numéricas.
Bases de un juego matemático
Las reglas de un juego sirven para crear un sentido de competencia y no necesariamente le quitan la diversión. Con ellas se establece un propósito claro para que los participantes aprendan o compitan entre sí. Además, necesitan obstáculos que les permitan destacarse u obtener un puntaje.
Un clásico ejemplo de entretenimiento para desarrollar habilidades específicas es el famoso “UNO”. Indicado para niños a partir de los 5 años, es muy fácil de aprender, aunque presenta cierta dificultad para ganar. Es una forma divertida para que aprendan a identificar los números y hacer operaciones matemáticas.
Ideas para mejorar la discalculia
A diferencia de los juegos, el propósito de las actividades en clase es mejorar una habilidad específica y no cuentan con reglas establecidas. Aunque los maestros incluyan elementos lúdicos, no existe la competencia ni la estrategia para intentar ganar. Si quieres que aprendan divirtiéndose, hay muchas ideas que pueden ayudarte, como:
- Policubos. Ideales para actividades geométricas, estas pequeñas piezas de plástico de 2 cm funcionan como los conocidos Legos. Sirven para construir, emparejar, clasificar, aprender fracciones, como regletas y más.
- Panel numérico. Indicado para colgar en la pared, posee unas dimensiones de 70 x 66 cm. Numerado hasta el 100, cuenta con fichas blancas y rojas que les permiten conocer la relación entre los números. También aprenden a distinguir las decenas, observar patrones, hacer series y diversas operaciones aritméticas.
- Tapas o tapones. Con modelos de diferentes colores sirven para clasificar por forma, tamaño y color. Recomendado para mayores de 2 años, ayuda a manejar cantidades y sirve para esconder cosas, algo que les fascina a los más pequeños.
- Ordenación con objetos. Tanto con bloques como elementos naturales, la comparación de tamaños y medidas puede ser entretenida. Puedes usar piñas de árboles, frutas o juguetes para que los pequeños los ordenen de menor a mayor y viceversa.
- Bolsa matemática. Recomendado para la descomposición numérica, este método es sencillo, práctico y divertido. Consiste en una bolsa tipo Ziplock con una raya marcada en la mitad. En ella incluyes 10 o más botones o fichas que sirven para hacer diferentes operaciones matemáticas, como sumar, restar, multiplicar y dividir.
Hay otros juegos muy conocidos que ayudan a la compresión matemática; entre otros, están los de correspondencia (dominó), gestión de recursos (monopolio), misterio (20 preguntas) o estrategia espacial (ajedrez o damas). Ajustando un poco las reglas o el propósito pueden ser muy útiles para desarrollar las destrezas numéricas.
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